Durante la conducción nocturna las pupilas se encuentran totalmente abiertas para poder captar el máximo de luz posible.
Cuando las luces altas del vehículo contrario encandilan al conductor, sus pupilas demoran de cuatro a siete segundos aproximadamente en restablecer la visibilidad, esto varía en función a la edad, el estado psicofisico, los habitos de descanso, etc.
Conducir a 100 kilómetros por hora implica recorrer una distancia de aproximadamente 30 metros en un segundo, por lo que en caso de encandilamiento se recorrerán de 120 a 210 metros a ciegas.
Al observar un vehículo desplazándose en sentido contrario, con las luces altas encendidas se debe disminuir la velocidad y aumentar la distancia entre el vehículo de adelante y el propio, hacer guiño con las luces altas y bajas y finalmente dirigir la vista hacia la derecha, es decir hacia la linea de la banquina.