Viajar no significa irse lejos.
Viajar es cambiar el modo de mirar, de caminar, de sentir.
Viajar es la intensidad de vivirlo todo, intención de absorber cada sitio,
descubrir con asombro, tener los ojos aumentados y un par de pies incansables.
Viajar es colmarse de ganas de conocer.